martes, 10 de agosto de 2010

Oda a Salvador Dali

La penumbra de la noche es un ciego reflejo de mis trastornados pensamientos.

Crujidos en la madera interrumpen los macabros sueños que se instalan en mi subconsciente.

El abrazador frío es mi única compañía esta noche, junto a recuerdos que llegan a mi, como un trueno en la mas perfecta noche desolada.

La brisa arrastra consigo su putrefacto olor a ciudad, ciudad de ignorantes, tierra de desalmados.

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