deambulando las calles perdidas del mundo.
Son los malabaristas modernistas.
Mil cosas que hacer y cero ideas que pensar.
Para estos, no existen los ideales ni las creencias,
sus mentes ya no son mentes, son lugares de almacenamiento.
Ya no reflexionan, ni opinan y no tienen convicciones ni empeño.
Son constantemente llevados a la deriva de una sociedad que vende.
Vende productos, ideas y hasta estilos de vida.
Viven como si fuesen inmortales, y mueren llenos de arrepentimiento.
Pocos despiertos que tratan de escabullirse del circulo vicioso que se considera vida y solo desemboca en una cruel muerte, no siempre pueden, y los que si, son olvidados como una huella en la arena.
Así está el mundo, en un estado somnífero.